FRIO
El café caliente, recién hecho y la calidez de mi sencilla casa iluminada, de a poco me van devolviendo el alma al cuerpo. Vengo del frío y las pequeñas cosas cotidianas me regresan a un presente que, no será de lo mejor que se ha visto, pero que por suerte, está muy lejos de ese horror del pasado que me acaba de congelar hasta los huesos. Siento un frío que no es del cuerpo, aunque este sea un invierno duro. Vengo del Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti, que para mi seguirá siendo la ESMA, aunque aplauda el hecho de haber transformado aquel lugar nefasto en este. Me había demorado en ir a la muestra "Bergman en la Argentina", que curaba un colega, mientras estuvo en un acogedor museo de San Isidro. Entonces, justo este domingo frío de invierno, tuve la feliz idea de ir a verla en su nueva sede. Hasta hoy nunca había pisado el lugar. No quise. Ni siquiera asistí a homenajes a familiares de amigos cercanos que se realizaron allí. Como tampoco fui