LOS LIBROS DE MI CUARENTENA

 

El recuerdo se activó cuando Celia Otero y una amiga que vive en Londres, me desafiaron,  en simultáneo a publicar tapas de libros que me hubieran resultado significativos durante 10 días. Uno de esos típicos juegos de Facebook durante el tiempo sin tiempo. No les pude cumplir.  No, al menos de la manera propuesta. El encierro obligatorio me posicionó frente a los libros de otro modo. O quizás ellos se plantaron frente a mi de una manera diferente. Ya no era aquella mujer fugaz que entraba y salia y que, a pesar del mucho amor que les tenía se acordaba de ellos de a ratos. Siempre con uno en la cabecera, el sueño me llevaba a cabecear, mucho antes de avanzar en su lectura. El caso es que volví a caer en sus redes. Como quien inesperadamente se enamora de nuevo, dentro de un matrimonio de muchos años cuyo fuego parecía extinguido. Y diez no fueron suficientes. Un día publiqué la decena que parecía hacerme señales desde los estantes; otro, elegí diez porque me trajeron recuerdos especiales; luego, algunos de los que me resultaron fundacionales en algún u otro sentido. Hasta que volví al presente. En mi caso, y por razones personales ajenas a la cuarentena, en diciembre comencé una suerte de reclusión domiciliaria a tiempo parcial. A punto de ser libre, cuando comenzaba casi a practicar trabajo físico y llevar una vida más abierta, irrumpió el bicho corona. Y así, desde los últimos cinco meses, los libros, mis queridos de siempre, volvieron a convertirse en compañeros de lujo. Prestados, comprados o bajados de Internet. En todas sus formas, me rescataron de cualquier contingencia. Algunos de ellos, comprados en viajes, acaso por su tamaño o por su idioma en otros casos, descansaron en las repisas por más de dos décadas. Fieles como nadie, jamás les escuché un reproche. Ni siquiera un susurro en los anaqueles por las noches, Por eso estas líneas. Para agradecer su amistad incondicional y en retroactivo, la compañía que fueron en mi vida, desde aquel lejano día en que, con cinco años pude descifrar los signos del primero: "UPA". Sitio certificado por

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