¿Querés tener razón o ser feliz? (Del campo y otras yerbas autóctonas)

Puede que la frase le resulte familiar a algun transeunte habitual de Juan B. Justo y Córdoba, ya que durante mucho tiempo estuvo allí por obra de la brillante idea de alguien a quien se le ocurrió pintarla sobre el puente ferroviario que,a la altura de J.B. Justo atraviesa la avenida de referencia. Sorprendente en más de un sentido, "¿Querés tener razón o ser feliz"? sintetiza la filosofia de vida que adopté hace poco más de 8 años y que me rige toda vez que puedo, por entre trancos y barrancos.
Lo cierto es que la frasecita en cuestión no puedo menos que flashear en mi cerebro como una luz intermitente durante todo el tiempo que duró el conflicto entre el Gobierno y el campo. Téngase en cuenta que escribi "entre el Gobierno y el campo" y no "el conflicto del campo". Y esto no es para nada casual. ¿Para que aclarar ?,si generalmente esto oscurece, pero por si alguno se quedo fuera de mi "sutileza", la diferencia semántica tiene que ver con la actitud de espectadora que decidi tomar ante la cuestión sin tomar partido por ninguno de los sectores ni dejar que el bombardeo mediático me atrapara.

Ahora bien, porque la pequeña frase me golpeteaba el cerebro una y otra vez? Quizás esto tenga que ver con una concepción bastánte utópica de la política que sustento, que se basa en la definición siguiente y que por supuesto me ha llevado tiempo ha, a alejarme de todo partidismo:




La política es pensar en el bien común. Organizarse en acciones colectivas y producir transformaciones sociales que perduren.


• La política surge por la interaccción entre individuos que integran una sociedad y es el proceso ideológico por el que se llega a una decisión de grupo para conseguir objetivos comunes. En un sentido ético debe utilizar el poder público organizado para lograr objetivos que sean beneficiosos para el grupo.


• La posibilidad de unos pocos de representar los intereses de muchos. Requiere ser honesto, generoso, comprensivo y estar dispuesto a ponerse en los zapatos del otro, olvidarse de uno mismo en pos de las necesidades de muchos.


• Son las acciones llevadas a cabo por quienes ostentan algún grado de representatividad en procura del bien común. Es la disposición comprometida que tenemos de obrar en una sociedad en forma responsable con el fin de mejorarla.




Los comentarios, más que nunca, aqui sobran. Lo cierto es que, no sintiendome representada ni por los terratenientes (sean cuales fueran ellos, todos tenedores de mayor o menor cantidad de tierras como el sustantivo lo indica), ni por el equipo gobernante de turno (tampoco por los anteriores); concluí que a ninguna de las dos partes en pugna le interesó ponerse al menos por un rato en los zapatos del otro en función del bien común.

En fin. Seré de otro planeta, pero soy feliz porque he renunciado a la razón. Esto no significa haber perdido la cordura, sino todo lo contrario. Y aqui dejo el tema forever. Si a alguno/a le interesa profundizar en mi filosofia, puede preguntarmelo por este medio. Aqui me quedo a contestar

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